La que pareciera ser la víctima más reciente de la crisis de las Subprime de 2006 (Leer más), el Deutsche Bank de Alemania, se encuentra al punto del colapso debido a los turbios manejos con los que cubrió su exposición a estos fraudulentos instrumentos financieros.
Todo el problema comenzó cuando, en 2011, un empleado de la entidad en los EEUU; de nombre Eric Ben-Artzi, detectó mala praxis contables que estaban destinadas a cubrir las pérdidas sufridas por el banco debido a su exposición a la crisis de las hipotecas subprime.
Antes de proseguir con la historia de Eric, es bueno recordar, que la crisis de las subprime es un producto de la intervención gubernamental en la economía, sumado a una cohabitación entre la banca y el estado. La gran mayoría de los analistas político/ económicos, y los medios de comunicación, sitúan el inicio de la crisis en la política de intereses bajos iniciada por la Reserva Federal de los EEUU en 2001, durante el gobierno de George W Bush pero, aunque en parte cierto, el verdadero inicio de esta crisis se remonta al año 1995, cuando el gobierno de Bill Clinton, promulga la Ley de Reinversión Comunal o Community Reinvestment Act; con la cual se forzaba a los bancos a emitir préstamos a personas de bajos ingresos y casi sin garantías.
La combinación de la Community Reinvestment Act , con la política de intereses bajos antes mencionada; ambas intervenciones del estado en economía, desataron una burbuja de crecimiento en bienes raíces. Llegado el 2006, se decide dejar las tasas ajustarse a su nivel de mercado, esto ocasionó que muchos de los acreedores de bajos ingresos fuesen incapaces de pagar sus deudas al valor real del mercado y se precipitasen a vender las propiedades.
Como el mercado inmobiliario se había visto artificialmente estimulado por estas políticas gubernamentales, los promotores de la industria inmobiliaria habían desarrollado miles de proyectos que satisfacían con creces la demanda real existente, creando una sobre oferta en infraestructura residencial, que aunada a las propiedades liberadas por acreedores sin capacidad de pago, originó un desplome de los precios en el mercado y consigo la crisis de 2006/2007. Esta crisis arrastró consigo a bancos americanos e internacionales con representación en EEUU, quienes a su vez habían revendido estas deudas a bancos mundiales los cuales se vieron arrastrados en la debacle crediticia del conocido GFC o Crisis Financiera Global.
Lo más terrible de esta crisis no fue la crisis como tal, sino el sin fin de negociaciones de rescate posteriores, donde se puso en entredicho, nuevamente, la verdadera existencia de un sistema de libre mercado. De existir en realidad un mercado libre, primero y principal políticas como el Community Reinvestment Act o la modificación de las tasas de interés por fuera de los valores del mercado jamás existirían. Luego, los rescates financieros emitidos por los gobiernos para salvar los bancos, y que luego gestarían las crisis de deuda soberana, nunca hubiesen ocurrido pues, dentro de las condiciones de un libre mercado, si uno de los actores comete un error, este debe pagar por ello y si esto implica la quiebra, así debe ser. En lugar de esto, la banca fue rescatada con dinero del estado, lo cual se traduce en carga impositiva para el ciudadano común y eventual desmejora de la economía general.
Lo más crucial de la historia de Eric es que ante sus denuncias en el banco, solo encontró negativas por parte de los directivos, quienes prefirieron seguir encubriendo las pérdidas de forma fraudulenta. Luego Eric decidió llevar sus denuncias a un ente superior regulador, donde, al ser escuchado, se impuso una sanción mínima al banco como institución (solo 55 US$ millones) , que se traducía en daños a los accionistas, pero no a los directivos responsables. Todo esto debido a que las autoridades de los bancos y de los entes reguladores, son intercambiables, evidenciando nuevamente la cohabitación ente la banca y el gobierno. (Leer más)
Hoy el Deustche Bank, gracias a Eric, se encuentra enfrentando una multa por 12,500 millones de euros por parte del estado americano. Y ante esto yo ahora me pregunto. ¿Por qué el gobierno americano, real causante de esta crisis, es quien está cobrando la multa? ¿Cuándo el gobierno americano pagará por sus acciones interventoras en el mercado? ¿Cuándo los millones de ahorristas gringos, europeos, asiáticos y del resto del mundo recibirán resarcimiento por las acciones de un grupo de políticos irresponsables y de sus socios banqueros? ¿Cuándo finalmente se auditara la Reserva Mundial y los bancos mundiales? ¿Cuándo tendremos verdaderamente un libre mercado?.
Ahora solo nos queda esperar la tormenta de una potencial nueva crisis crediticia que arrastre a Europa y con ella al mundo. Aunque recientemente, otro gobierno mete sus narices para correr la arruga. (Leer más)
Por: Julio Pieraldi