La Venezuela socialista de hoy vive con sus valores en intermitencia alabando como virtudes cosas que no son más que comportamientos o situaciones que generan vergüenza. Poco a poco se ha considerado a la pobreza, la deshonestidad, la falta de ilustración, el malandraje y la deslealtad como virtudes, y esto es gracias no solo a un sistema socialista dado para eso, sino a los intelectuales de izquierda y a los formadores en prejuicios.
Los intelectuales -al ser de izquierda han traicionado su esencia- se han vuelto socialistas y han defendido a toda costa posturas místicas o bárbaras que exaltan a la pobreza como la mayor de las virtudes la cual debe ser revindicada y consolidada, y en lugar de combatirla se apuntan a los juegos del colectivismo exponiendo que los pobres deben ser tratados como vacas sagradas, no enseñados a trabajar sino mantenidos por un Estado que esclavice a los hombres que producen para mantener a quienes no producen alegando “La redistribución de la riqueza” y “Estar del lado del pueblo” en un acto vomitivo de demagogia.
Mientras que los Formadores en prejuicios son los que hacen creer esta falsa matriz de opinión a los ciudadanos, victimizándolos y llevándolos por el camino de la dependencia y el autismo intelectual, insistiendo que hay «algo» en los venezolanos que los hace comportarse de forma desleal y que lo más lógico es que todos se comporten de esa forma, o metiendo en la cabeza de los que están formando que son unos incapaces que necesitan al Estado rentista para poder llevarse un trozo de comida a la boca, mientras todos sabemos hoy que el modelo socialista-pragmatico claramente de izquierda es como una luciérnaga que poco a poco fallece su luz.
El reto real está en rescatar esas virtudes que poco a poco nos han hecho olvidar todos estos gobiernos corruptos y comunistoides o místicos que nos ha tocado padecer, a veces por fraude y otras por elección propia, los cuales son:
La Virtud de la Justicia
Significa que nunca se buscara o concederá lo no ganado o lo inmerecido ni en materia ni es espíritu. Esta virtud en lo personal es una de la más importantes y observo que Rand la vincula a la meritocracia y al merecimiento, es decir, si se trabaja para conseguir objetivos o cosas materiales o inmateriales como cargos en empresas o partidos o automóviles, serán totalmente legítimos y habrá justicia porque cada quien tendría lo que se merece por su esfuerzo Pero sí en cambio, a través de las practicas poco honestas se otorga o busca de conseguir lo mismo es un acto de gran injusticia.
La Virtud del Orgullo
Es el reconocimiento del hecho de que uno es su mayor valor y que como todos los valores del hombre, debe ser ganado. Quizás una de las más bonitas de las virtudes que realza el Yo y el aprecio por uno mismo a través de los logros, las victorias y los títulos que en la vida puede ganarse, esta virtud está ligada al autoestima.
La virtud de la Productividad
Es el reconocimiento de que el trabajo productivo es el proceso mediante el cual la mente del hombre sustenta su vida. Lo vemos cuando un hombre no pretende que otros, o la abstracción llamada Estado obligue a otros encargarse de su subsistencia sino que -con su poder creador y el sudor de su frente- tiene todo lo que trabaje.
La Virtud de la Independencia
Significa aceptar la responsabilidad personal de realizar los propios juicios y vivir de acuerdo con la elaboración de la propia mente. Esta la tenemos cuando sabemos que somos responsables de nosotros mismos, que nuestras decisiones traerán consecuencias y debemos enfrentar dichas consecuencias además de saber que nuestra mente es fuente de razón la cual debemos usarla para crear y defendernos en este mundo.
La Virtud de la Integridad
Significa que nunca se sacrificaran las convicciones personales por las opiniones o los deseos de los otros. Esta virtud está ligada a no-transigencia aquella que pueden exigirte los saqueadores para que rindas tus convicciones éticas de construir y vivir conforme principios a sus mal intencionadas posturas que van contra todo lo que es correcto.
La Virtud de la Honestidad
Significa que jamás se intentara falsear la realidad de manera alguna. Es en pocas palabras tener el coraje de expresar la verdad tal y como es, sin medias tintas y actuando conforme a valores, aceptando la realidad y trabajando para mejorar en todos los ámbitos de forma leal.
Necesitamos un país con personas que tengan bien claro las virtudes de las sociedades capitalistas y creadoras si queremos sacar a nuestro país adelante e instaurar LA VENEZUELA LIBRE, esa que nos hace falta para cambiar esta realidad fatal que la izquierda y el pragmatismo nos ha arrastrado.
Y como es costumbre termino con un fragmento del pensamiento de nuestra Ayn Rand reflejado en un discurso de John Galt en la Rebelión de Atlas:
“A lo largo de siglos de calamidades y desastres, causados por tu código moral, te has quejado de que ese código había sido violado, de que las calamidades eran castigos por haberlo transgredido, de que los hombres eran demasiado débiles y egoístas para derramar toda la sangre necesaria. Maldijiste al hombre, maldijiste la existencia, maldijiste a esta Tierra, pero nunca te atreviste a cuestionar tu código. Tus víctimas aceptaron la culpa y siguieron luchando, recibiendo tus insultos como premio por su martirio, mientras seguías sosteniendo que tu código era noble, pero la naturaleza humana no era lo suficientemente buena como para practicarlo. Y nadie se puso de pie para hacer la pregunta: ¿Buena? ¿Según qué criterio?”
Por: Anderson Riverol | Foto: pond5.com