Además de oprimir al ciudadano restringiéndole las libertades económicas, el Estado también nos oprime por medio del lenguaje. Por un lado, por el tipo de discurso que genera desde sus medios y a través de sus voceros, y por el otro lado, al suprimir, coartar o interpretar a su gusto lo que los ciudadanos pueden decir.
Desde los medios del Estado y por medio de los personajes del régimen constatamos a diario, macro y micro agresiones contra los ciudadanos que libremente quieren opinar sobre el desastroso manejo político y económico de la Venezuela actual.
Al revisar la prensa o los medios digitales nos encontramos que ante opiniones de los ciudadanos o acusaciones contra corruptos, la respuesta del régimen es demandar, refutar la acusación o tratar de dejar en ridículo a la persona que se expresa, pero no toma la proactiva decisión de investigar las acusaciones, después de todo, entre bomberos no se pisan la manguera, como dice el dicho.
La dictadura también nos oprime al limitarnos en lo que podemos decir, al motivar la autocensura y al interpretar interesadamente los mensajes de los líderes de la oposición. Recordemos que Leopoldo López está preso por un discurso, y para usarlo como prueba en su contra, el régimen hasta utilizó los saberes de una lingüista de la Universidad de Los Andes para montar el expediente de López.
Por último, recordemos que la dictadura nos mantiene oprimidos al someternos constantemente a un discurso engañoso, que lamentablemente una parte de la población compra. Por ejemplo, constantemente los problemas del país se enmarcan dentro de una guerra. Venezuela es el país con más guerras activas. La famosa guerra económica, la guerra memética (la de los memes), la guerra desde el imperio, la guerra mediática y unas cuantas otras más.
Ante el anterior panorama, no nos queda más que dar la batalla de las ideas, empoderar al ciudadano para que demande un gobierno responsable y esté atento de las distintas maneras en que los regímenes -como el actual- quieren limitar nuestras libertades en beneficio de un grupo revanchista, que ofreciendo resarcimientos por errores pasado, ha llevado a la destrucción de todo un país.
Por: Nelson Méndez | Twitter: @nelsonmendez | Foto: blogspot.com