El que aún no crea que todos los venezolanos tendremos prohibido salir del país, es porque de tanto hacer cola y tratar de sobrevivir, está subutilizando su cerebro. Desconocer la clase de sistema bajo el cual vive Venezuela hoy día, es una excusa para evadir la realidad y “vivir despreocupados” más que una consecuencia de la excesiva propaganda de la dictadura chavista. Pero para entender cómo terminará todo este aislamiento de Venezuela con el mundo, hay que recordar cómo empezó.
Es necesario tener claro que, quien crea que las políticas aplicadas por socialistas –y en especial sus leyes- son producto de su “ignorancia” o su “desconocimiento sobre cómo se debe gobernar”, está meando fuera de pote. Los socialistas no hacen nada sin haber pensado previamente en las consecuencias, de hecho, lo hacen porque saben cuáles serán las consecuencias. Así, comenzaron en 2003 con un control de cambio, que más que “evitar la fuga de capital” lo que hizo fue asegurar que ningún venezolano pudiese hacer lo que quisiera con su propio dinero. Fue ahí cuando comenzó el aislamiento de Venezuela, cuando nos pusieron a todos a mendigar por dosis absurdas de dólares.
Lo que tenían en mente en ese momento era que los venezolanos no pudiesen viajar libremente para que –obviamente- les sea imposible comparar entre cómo se vive afuera, y cómo nos morimos aquí. Ese control de cambio ha sido cada día más estricto, para que cada vez menos personas puedan viajar; pero en 2013 lo complementaron con la súper deuda a las aerolíneas internacionales, logrando que hoy día resulte imposible comprar un pasaje –a menos que estés enchufado o hayas logrado guardar unos dólares de tus anteriores viajes con CADIVI-.
Llegó el 2015, y el aislamiento ya se perfila como total. En la política es clave hacer experimentos, ensayos, y una vez que se lanza una idea para crear matriz de opinión, el resultado será cuestión de días. Ya hoy los venezolanos hablan de que pronto “tendremos que pedir permiso para salir del país”, y estos 16 años hemos aprendido que es cierto que cuando el río suena es porque piedras trae. La Cancillería, que salió a “desmentir” este rumor, lo terminó confirmando. Pero más que eso, la reciente prohibición de salida del país a 22 directivos de medios de comunicación como Tal Cual, El Nacional y La Patilla, es precisamente el experimento.
No seamos inocentes al creer que esta acción es “desespero” o “solo resentimiento” ante las sanciones de EEUU a un grupo de funcionarios asesinos, corruptos y ladrones. Tampoco seamos idiotas al creer que es “porque el régimen está debilitado” porque esto no es más que una maraña para las parlamentarias. La realidad es que esa prohibición a solo 22 venezolanos –por ahora- no es más que el ratón de laboratorio que termina de consolidar la matriz de opinión para que el venezolano acepte –sin siquiera haber sido promulgada la ley aún- el hecho de que no podrá salir del país. ¿Qué todavía podrás permiso? Bueno, todavía puedes pedir dólares o puedes desear mucho un pasaje internacional, pero ¿te los dan? ¿Los consigues? No, y ni te los darán ni tampoco los conseguirás.
La masa venezolana ya aceptó que un “gobierno” –en realidad, dictadura- tiene el “derecho” de encarcelar en su propio país a 22 ciudadanos. ¿Qué les hará rebelarse cuando la prohibición sea para 30 millones? Nada. Esto es la aceptación sumisa, la vulgar auto-humillación, la esclavitud practicada lenta y masivamente. Esto es socialismo señores, se lo hicieron a los rusos con fronteras militarizadas por mercenarios, a los alemanes con un muro y francotiradores, a los norcoreanos por medio del miedo y la intimidación, y a los cubanos –que son nuestro ejemplo favorito a seguir- se lo hicieron por medio de la ley y valiéndose de todo un mar de tiburones alrededor.
¿Cómo se lo hacen a Venezuela? Suavecito, sin tener que matar, asustar, intimidar ni legislar, porque ninguno intenta escapar. Se lo hacen con la ya previa aceptación, con la desesperanza, con la maniobra mediática, el conformismo y amparados en la mediocridad de toda una masa de esclavos que olvidaron que para ser ciudadanos y merecer que los traten como tales, la libertad debe estar primero que las necesidades del momento.
Venezolanos: no exageré cuando dije que 2014 fue el año para emigrar y 2015 será para huir. El que se vea sin esperanza, que aún quiera alcanzar las metas normales de una persona normal como lo son un buen trabajo, carro, familia y casa, ¡Váyase! ¡Huya! Porque la prohibición de salida está cerca, no lo dudes ni un momento. El que quiera luchar por la libertad pero le pareció que lo que Leopoldo López hizo entregándose fue tonto, debe estar consciente que mientras siga aquí, su destino será igual. Nadie puede luchar por la libertad desde una cárcel; nadie puede luchar por la libertad si lo tienen amarrado. Y al que no pueda salir y no tenga valor para luchar, ¡Prepárese! Porque esto se pondrá peor; y no esperes a que “Venezuela toque fondo” porque los países no tienen fondo, pues en socialismo siempre se puede estar peor.
Por: José Miguel | Foto: blogspot.com