El 10 de septiembre de 2025, Charlie Kirk, un popular estadounidense de 31 años de edad, casado y con dos hijos, políticamente conservador y religiosamente cristiano, fue asesinado de un tiro en el cuello en un campus universitario en el estado de Utah.
Charlie Kirk fue el fundador de un movimiento conocido como Turning Point USA, una de las organizaciones más influyentes en la política estadounidense —especialmente entre jóvenes conservadores— que jugó un papel clave en la reelección de Donald Trump en las elecciones de 2024.
El asesino, un joven de 22 años de edad, ya está bajo custodia de las autoridades. Su propio padre —una familia republicana— lo reconoció en las fotos y videos compartidos por todo el país y lo entregó a las autoridades.
En las primeras horas del lamentable acontecimiento, la desinformación, la manipulación y la especulación estuvieron a la orden del día.
Miles de personas comenzaron a compartir teorías conspirativas. Otros, genuinamente, creímos que se trataba de una operación preparada para asesinar a Charlie Kirk, especialmente por las declaraciones del gobernador de Utah, quien afirmó que fue “un asesinato político”, y por el hecho de que la policía atrapó a tres sospechosos que parecían estar distrayendo, mientras un gran grupo compartía mentiras para ganar “me gusta”, seguidores y monetizar miserables centavos en sus redes.
Lo cierto es que el asesino lo logró. Luego de apenas unos minutos de comenzar sus típicos debates en campus universitarios —el primero tras el regreso de las vacaciones de verano—, Tyler Robinson disparó una bala que mató a Charlie Kirk.
La influencia y relevancia de Charlie Kirk eran indiscutibles, y suficientes para pensar que sus enemigos ideológicos y políticos pudieran querer terminar con su vida. Charlie era bien conocido por visitar los campus universitarios y darles micrófono a todos los que quisieran debatir con él.
Sus opiniones no eran del agrado de la izquierda estadounidense, y sus lazos políticos mucho menos, pues Charlie era uno de los favoritos del presidente Donald Trump y un gran amigo del vicepresidente Vance. Charlie estaba consciente del odio que muchos sentían hacia él; en varias ocasiones lo dejó saber en público y, a pesar de múltiples amenazas y del claro peligro que corría, nunca renunció a su misión.
Muchas personas afirman que el asesinato pudo tener motivaciones políticas, hasta el punto de que “hubo participación de más involucrados”. Las primeras declaraciones del gobernador de Utah así lo hicieron pensar, y el hecho de que otros sospechosos hayan sido capturados y luego liberados hace creer a muchos que se trató de una operación, con elementos distractores para que el asesino tuviera tiempo de huir. Sin embargo, todo esto son especulaciones, por ahora.
¿Habría razones para que el poder político enemigo de Charlie Kirk quisiera matarlo? Los hechos demuestran que, frente a la izquierda, cualquier disidente corre el riesgo de sufrir violencia por parte de extremistas. Pero hablemos de Charlie Kirk y de por qué podría haber sido visto como una amenaza para la izquierda radical.
Esta es una opinión personal.
La tasa de rotación o renovación de la izquierda se mide a través del registro electoral. La izquierda siempre ha sabido utilizar la democracia y las elecciones a su favor, renovando sus bases y miembros con carne fresca todos los años: nuevos votantes.
Para asegurarse la hegemonía electoral, la izquierda necesita controlar las escuelas y universidades, necesita tener poder de influencia sobre nuestros hijos, sobre las nuevas generaciones. Esto es algo que a otras corrientes políticas e ideológicas les ha costado entender, hasta hace muy poco, cuando comenzó a cambiar en favor de libertarios y conservadores.
Charlie Kirk fue tan o más indispensable que Elon Musk en el resultado electoral de 2024 en Estados Unidos. Sus debates fueron conocidos por millones, y millones asistieron a ellos. Sus videos se hicieron virales durante años, promoviendo las ideas en las que siempre creyó, como el conservadurismo y el cristianismo.
Sus opiniones siempre fueron impopulares entre los llorones de izquierda, que todo se lo toman personal y como una ofensa, por el simple hecho de no adaptarse a la narrativa que les han hecho creer. Su cercanía a Trump y Vance es odiada por la extrema izquierda; todo esto suma a las grandes probabilidades de que fuerzas políticas oscuras, que se mueven en las sombras, hayan querido acabar con su vida.
Razones hay de sobra para creer lo que muchos sospechan, pero quizás esto solo sea una especulación normal, o nunca sepamos la verdad, porque todos sabemos que las agencias de seguridad de este país están llenas de corrupción, manipulación, mentiras y enemigos de Estados Unidos.
Cierro con esto:
Sea que este asesinato haya sido motivado por el odio de un joven identificado con las ideas del movimiento Antifa, o que detrás estén las manos “invisibles” de la izquierda estadounidense, lo cierto es que Charlie Kirk podrá no estar físicamente en este mundo hoy, pero acaban de crear millones de Charlie Kirks.
Dios bendiga a su familia y lo reciba en la gloria.