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El problema de la inmigración ilegal

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Cuando el tema de la inmigración está en boca de todos en el mundo, hay un solo país sobre el cual se está hablando: Estados Unidos.

La historia nos muestra que no importa qué tan terrible sea el problema de la inmigración en otras regiones y países y cómo estos lo manejen, si hay países más racistas y xenofóbicos que Estados Unidos, las críticas siempre irán contra la mayor potencia del mundo.

En 𝕏 escribí:

En los cuatro años de la administración Biden, lo que se vivió en Estados Unidos en términos migratorios, solo puede describirse con una palabra: Desnalgue.

Los demócratas no solo incentivaron la inmigración masiva e ilegal, sino que permitieron el acceso al país de millones de personas sin ningún tipo de chequeo, ni antecedentes penales. El resultado fue catastrófico: infinidad de crímenes cometidos por inmigrantes ilegales que fueron criminales en sus países y lo son aquí, en Estados Unidos.

Ahora, quiero dejar una cosa clara. Si bien comparto la política migratoria legal, donde el cumplimiento de la ley es prioridad y la inmigración ilegal no se incentiva, no comparto la narrativa republicana actual de «todos los inmigrantes ilegales son criminales».

Escribí este mensaje en 𝕏 y mucha gente lo compartió:

Elon Musk lo dijo no una, sino dos veces, que «la mayoría de la gente que cruza la frontera de manera ilegal es gente buena y trabajadora», a lo que Trump respondió «100%, pero queremos que vengan legalmente».

Es mi opinión personal que la narrativa de los Republicanos sobre la inmigración es tosca, bruta y agresiva. Al mismo tiempo que se rodean de inmigrantes, hasta el punto que el mismo presidente y vicepresidente están -ambos- casados con inmigrantes, cometen la necedad de llamar a todos los inmigrantes ilegales, «criminales».

Veamos:

La inmigración ilegal hay que detenerla, de eso no debería haber la menor duda. Los criminales se mueven en las sombras y la sombra en una frontera tan extensa como la de Estados Unidos es extremadamente grande y cubre los peores crímenes que nos podamos imaginar.

Por nombrar solo unos: Miles de criminales huyendo de la justicia en sus propios países. Otros miles traficando humanos, especialmente mujeres y niños. Muchos otros con su combo de crímenes en tráfico humano y tráfico de drogas, siendo el problema más grave de este último la violencia que genera, pues la droga es controlada por mafias criminales armadas, sin piedad ni escrúpulos.

Ahora bien, esto dije en 𝕏:

De Europa no se habla mucho, porque tanto sus gobiernos, como los medios, están en manos de izquierdistas morbosos, pero Europa es hoy día el mejor ejemplo de que la política de «fronteras abiertas» es una real tragedia.

Todos los días se reportan crímenes cometidos por inmigrantes ilegales en países como España, Alemania e Italia -por nombrar solo tres. Hasta Suiza está experimentando en carne propia lo que es la conquista territorial por parte de culturas totalmente opuestas a sus costumbres, que utilizan el problema migratorio como parte de su plan para expandir sus tradiciones a Occidente.

Lean esta publicación:

La posición de Donald Trump desde el punto de vista legal, en atacar radicalmente la inmigración ilegal, especialmente contra los criminales que cruzan la frontera para cometer crímenes en Estados Unidos, es correcta, pero la narrativa republicana de que «todos son criminales» no lo es.

Son millones los inmigrantes que no tienen alternativa legal para salir de sus países y entrar a Estados Unidos, muchas veces motivados por el hecho de que están huyendo de persecución en sus propios países de origen.

¿Le vamos a pedir a un perseguido -sea por razones políticas, económicas, religiosas o simplemente por capricho de quien ejerce el poder- que espere a que su torturador le dé permiso para salir y -al mismo tiempo- que Estados Unidos le dé permiso para entrar? No seamos tontos, ni desconsiderados.

Las políticas migratorias de un país tienen que escribirse basadas en el objetivo que todo gobierno debe tener: seguridad y justicia.

Proteger «la raza» o «el color de piel» de los ciudadanos de un país no es responsabilidad de un gobierno y muchos republicanos se oponen a la inmigración en base a este absurdo, pero eso también pasa en otros países. «Darle refugio a todo el mundo» tampoco está dentro de las obligaciones de un gobierno, así que un país con políticas migratorias estrictas no es «racista» ni «xenofóbico».

Lo que sí debería considerar un país al momento de establecer estas políticas, son los beneficios o perjuicios que la inmigración a traído a su país y muchos son los números que demuestran que -a lo largo de su historia- Estados Unidos se ha beneficiado enormemente de recibir a inmigrantes y esa inmigración no siempre fue ordenada.

Cierro con esto:

Jose Miguel

Jose Miguel

Antes de conquistar el poder, debemos conquistar los medios, por eso fundé esta revista y no un movimiento estudiantil. Esta es mi cuenta de 𝕏 @jpgechele

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