Reconocer una guerra cuando hay disparos y bombardeos de por medio es muy sencillo, pues todo el escándalo y la sangre la hacen evidente. Pero, ¿Cómo reconocer una guerra cultural?
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Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Las armas en una guerra cultural son «silenciosas», no porque no se haga bulla, sino porque pasan desapercibidas frente a la mayoría de las personas.
¿Han escuchado sobre «la cultura de la cancelación»? Es una de las tantas armas que se usan en la guerra cultural, para silenciar e invalidar al contrincante, basado en su posición, opiniones y creencias personales.
En Twitter escribí:
La cultura de la cancelación también funciona cuando invalidan tu opinión porque:
– Eres hombre y no deberías opinar sobre cosas de mujeres.
– No tienes hijos y no deberías opinar sobre cosas de padres.
– Eres soltero y no deberías opinar sobre cosas de parejas.¿Les ha pasado?
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
El tema del aborto es un excelente ejemplo: «Si eres hombre, no deberías opinar sobre el aborto, porque no entiendes lo que pasa una mujer cuando está embarazada sin querer», dicen.
Esa es una de las tantas formas en las que el progresismo trata de silenciar la opinión contraria, neutralizando a quien la defienda. El truco es simple: hacer que una mayoría le caiga a encima al que no piensa igual, para silenciarlo usando el famoso «eso no es lo que la mayoría cree».
Si eres hombre y estás a favor del aborto, entonces las mujeres pro-aborto te aplaudirán. Pero, si eres hombre y estás en contra, te comerán vivo.
Tu opinión «tiene validez» dependiendo de si estás de acuerdo con ellas o no.
Cultura de la cancelación.
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
También pasa cuando se habla de la familia y los hijos, cuando no se tienen hijos: «tu no sabes, porque no tienes hijos», dicen quienes quieren cancelarte. Nuevamente, la cultura de la cancelación en acción.
Solo tienes derecho a hablar de algo y a tener una posición, si eres eso. Si no lo eres, entonces ¡cancelado!. Así funciona la cultura de la cancelación activamente en nuestra sociedad, la cual también se nutre de la doble moral.
Si no tienes hijos y dices que «los padres lo hacen de manera maravillosa hoy día», entonces te aplauden. Pero si no tienes hijos y haces una crítica sobre la educación de los hijos, entonces «cállate porque no tienes hijos y no sabes».
Cultura de la cancelación.
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
Pasa hasta con temas más comunes y menos controversiales, como las relaciones de pareja. Si no estás en una relación y quieres opinar o hablar sobre cómo debería ser una, ¡cállate! Eres inmediatamente cancelado porque «no estás en una».
Literalmente, el no estar en una relación te cancela por completo el derecho a hablar y opinar sobre estas, no importa si estás preparándote para tener una que sea mejor y se nutra de lo bueno y malo de otras.
Si eres soltero y hablas bien sobre las parejas y las relaciones amorosas, entonces te hacen hurra y celebración. Pero si eres soltero y opinas sobre cómo debería o no debería llevarse una relación de pareja, te piden que te calles, soltero.
Cultura de la cancelación.
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
El progresismo sabe muy bien cómo imponer su agenda usando la psicología humana y las interacciones sociales. No necesitan a grandes grupos para iniciar una tendencia, sino que basta con un grupo pequeño, pero escandaloso, que sea impulsado a través de todos los medios posibles.
Una vez ese grupito ha empujado la matriz de opinión y el comportamiento propio de la cultura de la cancelación, es cuestión de repetición y tiempo para que otros imiten tal comportamiento, sin siquiera saber que trabajan para el enemigo.
Cancelar la opinión de otra persona, porque «no pertenece a un grupo X» o «no tiene tal cosa», no es algo que practica solo un grupo bien preparado ideológicamente.
La anulación de la opinión es practicada por millones, que ignoran que trabajan gratis en favor de esa agenda.
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
Más peligrosos que los grupos organizados trabajando para el progresismo a cambio de dinero, son las personas que, sin siquiera saberlo, trabajan -gratuitamente, cancelándote y tratando de anularte porque «no perteneces» a lo que ellos consideran «válido».
Son las ovejas del rebaño, que poco a poco se suman a cualquier tendencia, porque el día a día y el desinterés no les da para trabajar en su criterio propio. Repetir y reaccionar es lo que hacen en su día a día.
Uno de los ejemplos más evidentes de la cultura de la cancelación:
Si eres blanco y le haces hurra a Black Lives Matter y criticas el racismo, entonces «tu opinión cuenta» y «eres de los buenos».
Pero si criticas el mal comportamiento de un negro, siendo blanco, «eres racista».
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023
Lo sepas o no y lo aceptes o no, todos participamos hoy día en esta guerra. La clave está en ser un guerrero activo y consciente, no una oveja más del rebaño, que solo reacciona a los estímulos.
Para ser guerreros activos, necesitamos tener claras las cosas que defendemos y el porqué las defendemos. Tenemos que saber escuchar e interpretar lo que dicen los demás, para entender porqué lo dicen y cómo podemos responder a ello, sin ser agentes de la cultura de la cancelación, trabajando gratis para el progresismo.
Pero más importante aún: la integridad. Hay que hacer el gran esfuerzo de tener nuestras ideas, principios y valores claros, para que no nos lleve la corriente y el progresismo no nos use como instrumento de nuestra propia destrucción.
Cierro con esto:
La importancia de la integridad radica en mantenerse firme en lo que uno cree, a pesar de las presiones y extorsión de las masas.
Que muchos «estén de acuerdo» con algo, no lo hace válido, pero que tú te mantengas sólido en tus principios, a pesar de ellos, te hace moral.
— Jose Miguel 🗽 (@JP7___) February 25, 2023