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Inflación, devaluaciones, regulaciones, desempleo, incertidumbre, son algunas de las situaciones que se viven en el día a día en América Latina.
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Herencias de un pasado colonial, América Latina se ha mantenido mediante políticas proteccionistas e intervencionistas, las cuales promueven mercantilistas o Cleptocracias, los cuales no permiten el dinamismo y la libertad para que el orden espontaneo logre lo que, en otras partes del mundo, se ha logrado.
Ha sido este sistema que ha buscado eliminar toda posibilidad cambio para mantener las condiciones como están, sistemas rígidos, jerarquizados, sin posibilidad de cambios. Pero lo que sí sabemos es que la mayoría termina pagando estos sistemas ineficientes e impuestos desde arriba.
Esto se refleja en la informalidad que existe en la región donde la mayoría de los países tienen tasas de informalidad superiores al 40% y que no son más que el reflejo del fracaso de los sistemas que nos imponen desde el gobierno como aquellos que se benefician del poder.
La informalidad no es más que la acción pura del ser humano en la búsqueda de su beneficio y de pasar de condiciones menos favorables a condiciones más favorables, sin tener que depender del Estado ni de nadie, nadie más allá que sus propias capacidades, creatividad, ingenio y perspicacia para lograr su propio beneficio por medio de satisfacer las necesidades de otros.
Esta, no es como muchos la ven de forma despectiva y peyorativa. La informalidad es un estado empresarial básico, en su forma por decirlo “PURA” de la empresarialidad. El mercado es un proceso lleno de cambios, subidas y bajadas, por lo cual desde la informalidad se puede llegar a ser tan grande como cualquiera de las más grandes empresas que están hoy en el top 10.
La función empresarial está en cada uno de nosotros, la diferencia es que hay personas que la logran desarrollar mejor que otros, esta función requiere de la capacidad del ser humano y su perspicacia para detectar fallos de mercados o descoordinación en los precios, de forma tal que puedan ver una opción de ganancia donde otros no la verían. Y esto no se requiere de ser un gran empresario o un emprendedor o informal. La constante búsqueda de estos fallos, sumado con la prueba y error del día a día, así como el pensar en el presente sobre las condiciones de precios y demandas del futuro, son las que permiten a un empresario entender a sus consumidores y lograr satisfacerlos con éxito, el cual se refleja en sus beneficios y sus mejores condiciones de vida.
El problema con la informalidad en sistemas como los de América Latina es que son excluidos por el mismo sistema. Los emprendedores informales o microempresarios, muchas veces, carecen de cuentas bancarias, historiales de crédito, ahorros previos, lo cual para un sistema bancario cerrado como el de América Latina, estas personas no existen y no son tomados como posibles clientes.
Por otro lado, el sistema político también los aísla y los mantienen forzados a seguir en el nivel donde están, dado que el sistema no está creado para que cualquier no importa su nivel educativo, clase social o habilidades pueda pasar llegar lejos, salvo algunas excepciones de países en la región que si permiten esto. Pero es debido a que se han olvidado mucho mejor de esas viejas corrientes y sistemas fracasados, y adoptar sistemas más libres y abiertos.
Los altos costos, de impuestos, los excesivos tramites, abogados, burocracia, proteccionismos y los salarios mínimos rígidos por encima del equilibrio de mercado, son algunos de los problemas de los que se consiguen aquellos que ejercen la función empresarial en su estado puro. Estas han sido las realidades para muchos que han tenido que buscarse su vida por su propia capacidad y cuenta propia, y que los ha mantenido estacados, hasta hoy.
La revolución del Internet es la mejor opción y la ventana para permitir a la informalidad, emprendedores e individuos -por cuenta propia- tener un mercado que ponga a prueba sus capacidades y habilidades sin tener que depender del sistema.
Hoy las Fintech, Crowdfunding, el Blockchain y claro el internet, pueden ser los mejores aliados para todos ellos. Hoy en día no están limitados a un mercado nacional, literalmente tienen un mercado de más de 7mil millones de personas a su disposición.
¿Que no tiene ahorro previo, para montar su empresa o cubrir su producción o stock? Si su proyecto es atractivo seguramente podrá encontrar un socio, un donante o un prestamista, alrededor del mundo, por medio del Blockchain, crowdfunding usted puede buscar esos ahorros sin necesidad de depender del banco.
¿Y qué me dice de la cuenta bancaria y las transferencias que son tan esenciales hoy en el mercado? Pues olvídese de depender de ese banco que le solicita miles de documentos, donde algunos por sus condiciones ni los tendrá. Hoy Bitcoin, Ethereum, y cualquier otra criptomoneda le permitirá ser sustituto de esa cuenta bancaria, y lo mejor es que será mucho más rápida, segura, confiable y privada que la cuenta corriente de banco.
¿Y qué me dice de abrir la empresa? ¿Que el Estado te pone trabas? No importa hoy en día puede buscar otros países los cuales te permiten crear empresas en sus jurisdicciones como el caso de Estonia.
Hoy más que nunca, se han dado los avances tecnológicos que nos permitan deslocalizarnos y reducir costos empresariales como nunca, y lo mejor que nos permiten surfear y salirnos del sistema que nos ha mantenido en un estado sin cambios y sin posibilidades de cambiar. Nunca había sido tan fácil, encontrar oportunidades como las que nos dan hoy las tecnologías, ya no dependemos de unos pocos para decirnos como, donde y según quien debemos vivir.
El cambio apenas comienza, pero las excusas ya no son aplicables en el Siglo XXI para salir adelante como empresarios exitosos.